Biodiversidad del Gran Bosque de Agua, en la región del Área Natural Protegida, Fierro del Toro, Corredor Biológico Chichinautzin.

Maestro Francisco J. Romero *


En esta área habita el 2 por ciento de la diversidad mundial, uno de los bosques templados con mayor diversidad de nuestro planeta. Con base en Velázquez y Romero (1999, Biodiversidad de la Región de Montaña del sur de la Cuenca de México, UAM-Xochimilco) hay que considerar que para esta zona se ha publicado la siguiente información, producto de investigaciones científicas de diversos académicos.

VEGETACIÓN: En la Cuenca de México existen aproximadamente 2 mil 100 especies (Rzedowski y Rzedowski, 1979, 1985, 1990) que se integran en una alta heterogeneidad ambiental en la región de montaña, representadas en 8 tipos de vegetación, 21 comunidades y 41 asociaciones de plantas. De 128 especies estudiadas, 30 de éstas son endémicas del país o exclusivas de la República Mexicana, y 66 se encuentran en alguna categoría de riego (raras, en peligro de extinción y vulnerables) como Furcraea bendinghausii (yuca o palmita), Acer negundo, Eringium cervantesii, Bursera cuneata, entre otras, consideradas como especies vulnerables; Aneglica nelsoni --considerada en peligro de extinción--; o especies como Bidens laevis, Tillandsia prodigiosa, Arenaria paludicola, Cuphea procumbens, Potamogeton illinoensis, entre otras --consideradas como especies aparentemente extintas de la región-- de las que habría que hacer más estudios.

HERPETOFAUNA: 24 es
pecies de anfibios y 56 de reptiles, lo que representa casi el 10% de la diversidad nacional. De éstas, el 80% son endémicos de México y cerca del 40% son autóctonas de la región (en ninguna otra parte del país ni del mundo se pueden encontrar) y su desaparición de la zona representaría la extinción masiva de estas especies. Entre estas se pueden mencionar: ajolote de Zempoala (Rhyacosiredon zempoalensis), el ajolote de arroyo (R. altamirani), la víbora de cascabel de bandas (Crotalus transversus), etc.

AVIFAUNA: 21
1 especies habitan estos bosques (lo que representa el 60% de la avifauna del Distrito Federal y el 20% a nivel nacional, es decir, una quinta parte de la riqueza de aves de México); 16 especies fueron registradas recientemente (1995-2000). El 80% son residentes de la región y el 20% de la avifauna de montaña son especies migratorias principalmente de Estados Unidos y Canadá que dependen de estos bosques. El 25% del total de aves son endémicas del país, como el chipe orejas de plata (Ergaticus ruber) que es exclusivo del Eje Neovolcánico Transversal. Existen 7 especies amenazadas como: el gorrión serrano (Xenospiza baileyi) y la subespecie de codorniz de Moctezuma (Cystornyx montezumae merriami)--consideradas en peligro de extinción--, la gallina de monte (Dendrortyx macroura) y el halcón cola roja (Buteo jamaicensis) --que se encuentran bajo protección especial--, y el búho cornudo (Bubo virginianus ) que presenta la condición de amenazada. El International Council for Bird Preservation sección México (CIPAMEX) y el Birdlife Internacional (a petición de muchos investigadores, académicos, ONG´s, y observadores de aves) han incluido esta región de montaña dentro del sistema de Áreas de Importancia para la Conservación de Aves en México (AICAS, 1996).

MASTOFAUNA: En total 59 especies de mamífero
s (lo que representa casi el 15% de especies y el 52% de familias de toda la mostofauna del país). De todas las especies de mamíferos de esta región de montaña, 16 especies son mamíferos voladores y 43 especies son terrestres, de las cuales 14 especies son endémicas o exclusivas de la República Mexicana. Al menos cinco están consideradas como esp ecies en riesgo: zacatuche o teporingo (Romerolagus diazi) y el puma (Puma concolor) --considerados en peligro de extinción--, tlalcoyote (Taxidea taxus) y el murciélago (Leptonycteris nivalis) --consideradas como especies amenazadas--, y la tuza (Cratogeomys merriami) --considerada como una especie rara--. La situación de riesgo en que se encuentran todas estas especies, es debido principalmente a la fragmentación y reducción de sus hábitats.

El trazo de la carretera está ubicado justamente en la parte central de las áreas forestales de suelo de conservación (además de las áreas protegidas por decreto que existen en esta región). Lo cual afectaría (como sucedió con la autopista México-Cuernavaca) a la distribución y dispersión de las poblaciones de especies silvestres que aquí existen (por ejemplo: pumas, venados, linces, coyotes, etc.).

Finalmente, es importante señalar que de este análisis de biodiversidad, la parte suroeste de la región de montaña (justamente donde se ubica el trazo de la carretera propuesta: Ajusco, Malacatepetl, Capulín, Fierro del Toro) es un área que requiere muchísimos más cuidados por la riqueza que alberga y que , por lo tanto, se zonifica como un área que requiere protección, manejo de conservación y, en algunas partes, manejo de restauración ecológica (Capítulo 13 del libro citado).

Por todo lo anterior, y con base también en la Co
misión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) que ha integrado a esta zona en las Regiones Prioritarias para la Conservación (CONABIO, PRONATURA, WWF, FMCN, USAID, TNC, INE), así como en la SEMARNAT que la ha incorporado en las regiones prioritarias de los Programas de Desarrollo Regional Sustentable (PRODERS) por su riqueza cultural y de recursos naturales, yo consideraría que estos ecosistemas son importantes y estratégicos, no solamente para la región sino para todo nuestro país.


*Francisco J. Romero Profesor Titular
Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre
Departamento de El Hombre y su Ambiente, DCBS UAM-Xochimilco

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